La sanidad mundial está en crisis, con graves recortes presupuestarios que se extienden desde los principales donantes, como el gobierno de Estados Unidos, a las instituciones multilaterales que afrontan déficits presupuestarios, pasando por los trabajadores sanitarios comunitarios, a los que se pide que hagan más con menos.

Es un momento de agitación que tiene a muchos buscando nuevas herramientas que puedan ayudar a aliviar estas cargas y guiar los esfuerzos de la salud mundial hacia su próxima e incierta era. Para algunos, tecnologías como la inteligencia artificial tienen un papel clave que desempeñar en esa transición. Para otros, las necesidades son más simples e inmediatas.

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